El
22 de enero de 1803 muere en Caracas María Teresa del Toro y Alayza,
esposa de Simón Bolívar. El matrimonio duró escasamente ocho meses. El
joven Bolívar quiso tanto a su mujer, que al morir ésta, víctima de la
fiebre amarilla, se dedicó a viajar, transido de dolor, para mitigar la
pena que le causó la ausencia de su María Teresa.
Es
en este estado de ánimo cuando jura que no volverá a casarse jamás. Y
esto, a pesar de sus muchos amores y amoríos, lo cumplió fielmente, como
sus otros juramentos.
En
1828, analizando la influencia que la muerte de su esposa había tenido
en él, Bolívar confiesa: «Sino hubiera enviudado, quizás mi vida hubiera
sido otra; no sería el General Bolívar ni el Libertador, aunque
convengo en que mi genio no era para ser Alcalde de San Mateo».
Al
comentarle a su amigo Alejandro Dehollain sobre la muerte de su esposa,
Bolívar muestra todo su dolor: «Ya tu Simón no es aquel ente dichoso
que tantas veces cantaba alegre el colmo de sus felicidades con la
posesión de su Teresa. Yo la he perdido; y con ella la vida de dulzura
de que gozaba mi tierno pecho conmovido del Dios de amor».